El otro día fui a un MeetUp donde se reúnen emprendedores habitualmente.
Al cabo de hora y media de conversaciones, todo el mundo parecía estar pasándolo en grande.
Yo estaba deseando irme a casa.
Y no ocurrió nada malo. Sonreí, escuché sus historias y conté mis anécdotas.
Pero estaba exhausto.
Al cruzar la puerta de mi piso, lo único que quería era tumbarme en el sofá y ponerme a leer.
Me sentía completamente vacío. Como si me hubieran exprimido hasta la última gota de energía.
¿Te suena?
Si tú también te sientes como si hubieras corrido una maratón después de socializar, hoy te explico qué le ocurre a tu cerebro, por qué algunas personas se agotan más rápido cuando están con gente y cómo recuperarte.
1. Tu cerebro no está diseñado para las multitudes 🧠
Imagina que cada vez que hablas con alguien tu cerebro tuviera que procesar:
- Lo que dice
- Su tono de voz
- Su expresión facial
- Su lenguaje corporal
- El contexto de la conversación
- Tu propia respuesta
Pues así es exactamente como funciona.
Socializar es una de las actividades más exigentes para tu cerebro. Requiere que tu corteza prefrontal trabaje al máximo.
Además, viene con un sesgo de negatividad innato. Está programado para detectar amenazas, incluso cuando no existen.
Por eso procesa las situaciones sociales como si fueran potencialmente peligrosas, y por eso después de estar con gente te sientes mentalmente exhausto.
2. Cuando estás en modo alerta constante 😰
¿Recuerdas la última vez que estuviste en un evento donde no conocías a casi nadie?
Probablemente estabas en tensión.
Esta hipervigilancia constante —estar pendiente de no meter la pata, de parecer interesante— te sitúa en un estrés sostenido que consume enormes cantidades de energía.
Por eso después de socializar te puede doler la cabeza, el cuello o el estómago.
💡 Consejo: Antes de tu próxima interacción social, haz este ejercicio:
- Respira profundo por la nariz durante 4 segundos
- Mantén el aire 4 segundos
- Exhala por la boca durante 6 segundos
Hazlo 5 veces. Esto tranquiliza tu sistema de alerta.
3. La batería social: por qué unos la gastan más rápido 🔋
Mientras tú piensas en meterte en la cama después de una fiesta, hay personas que solo quieren ir a otro sitio.
No eres antisocial. Pero tu cerebro funciona diferente.
👩⚕️ Los estudios demuestran que los introvertidos procesamos los estímulos sociales de forma más profunda, lo que consume más energía.
Es como tener un procesador más potente pero que gasta más batería.
💡 Consejo: Deja de compararte con los extrovertidos Nuestro cerebro funciona diferente, y eso está bien.
4. La técnica del «refugio sensorial» 🎧
Cuando llegas a casa completamente agotado, necesitas un espacio para que tu sistema nervioso se resetee.
Un refugio para tus sentidos.
👩⚕️ Varios estudios muestran que reducir los estímulos sensoriales disminuye los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y acelera la recuperación mental.
Si no respetas este tiempo de recuperación, irás acumulando déficit de energía social hasta que un día explotes y no quieras ver a nadie durante semanas.
💡 Consejo al llegar a casa:
- Ponte ropa extremadamente cómoda
- Pon música instrumental suave o silencio total
- Túmbate en el sofá o cama sin hacer nada durante 20-30 minutos
📌 Recuerda esto
Hace miles de años, cuando vivíamos en tribus, apenas nos relacionábamos con 4 o 5 decenas de personas a lo largo de nuestra vida.
Hoy pueden ser miles.
Para un introvertido, cuyo cerebro procesa las interacciones sociales de forma más intensa, eso consume mucho energía.
Así que la próxima vez que alguien te diga «¿ya te vas?» o «¿por qué no vienes?», recuérdale que necesitas recargar tu energía social.
Dale a tu cerebro el descanso que necesita.
Hasta la semana que viene,
Pau




















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