¿Cuántas veces vez te han preguntado algo que te ha dejado congelado, incómodo o no has sabido qué responder?
Ya sabes, como cuando te preguntan por qué todavía no tienes pareja, hijos o trabajo.
Las preguntas invasivas aparecen sin preaviso en reuniones familiares, entrevistas de trabajo o quedadas con amigos.
Si no las manejas bien, pueden crear una situación todavía más desagradable.
Hoy te traigo 3 sencillos pasos para gestionar bien este tipo de situaciones.
Paso 1: Detecta la intención detrás de la pregunta
Antes de responder o enfadarte, tómate un segundo para analizar por qué te han hecho la pregunta.
- ¿Esa persona tiene curiosidad genuina?
- ¿Realmente busca provocar o incomodarte?
- ¿Es un comentario fuera de lugar, pero sin mala intención?
Reconocer la intención te ayudará a elegir la respuesta adecuada y situar tu mente en estado racional.
Si la pregunta parece malintencionada, como «¿Por qué sigues soltera con 35 años?«, usa las siguientes estrategias para contrarrestarla.
Paso 2: Responde de forma neutral y concisa
La clave para manejarla es ser breve y responder con neutralidad. No expliques más de lo necesario.
Mis opciones favoritas:
- Usar el humor para desarmar la situación:
- Pregunta: “¿Por qué sigues en el mismo trabajo?”
- Respuesta: “Porque todavía no he descubierto cómo ganar la lotería.”
- Responder de forma ambigua:
- Pregunta: “¿Cuánto ganas?”
- Respuesta: “Lo suficiente para mantenerme feliz y ocupado.”
- Desviar la pregunta:
- Pregunta: “¿Por qué no tienes hijos?”
- Respuesta: “Es una buena pregunta, pero prefiero hablar de algo más interesante. ¿Cómo te va con tu familia?”
Paso 3: Redirige la conversación hacia otro tema
Después de responder, cambia el foco de la conversación. Esto te permitirá salir de la situación sin prolongar la incomodidad.
Por ejemplo:
- “Hablando de trabajo, ¿has oído sobre el nuevo proyecto de la empresa?”
- “Eso me recuerda, ¿has visto esa serie nueva sobre parejas de la que todos hablan?”
Practica transiciones naturales para que esta habilidad te resulte cada vez más fluida.
Ejercicio práctico
Probablemente haya una o varias preguntas recurrentes que te hacen sentir incómodo.
En ese caso, haz una lista y, para cada una, escribe una respuesta breve para desarmarla y luego redirigir la conversación hacia otro tema.
Y recuerda: practicar con un amigo, familiar o frente al espejo te ayudará a ganar confianza.
Un abrazo,
Pau
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