Este es un artículo de invitado de María Mikhailova, especialista en coaching internacional, programación neurolingüística e inteligencia emocional.
María pasó de no saber cuál era su lugar en el mundo y estar llena de miedos a crear un negocio online y ser considerada un referente en su sector. Su misión es ayudar a profesionales del desarrollo personal a emprender a través de su pasión, de manera simple, enfocada y sin perder su esencia.
El poder del coaching
Hay un dicho que está en boca de algunos profesionales del desarrollo personal que me gusta mucho: sobreestimamos lo que podemos conseguir en un año y subestimamos lo que podemos conseguir en cinco o diez. Básicamente, tiene que ver con nuestra visión cortoplacista en la vida y con buscar resultados rápidos y fáciles. Y también, tiene mucho que ver con estrategias para alcanzar esos resultados.
Si me conocieras hace 10 años te sorprendería bastante cómo era yo en aquel entonces: una chica tímida, insegura, con baja autoestima, que llevaba 7 años trabajando en una multinacional, realizando labores que poco tenían que ver con su carrera y con responsabilidades muy por debajo de su nivel de estudios.
Mi vida personal correspondía también a ese perfil de persona llena de miedos: seguía viviendo en casa de mis padres con casi 30 años, todas las parejas que había tenido hasta entonces eran personas que no me valoraban (no lo hacía ni yo, ¿cómo iban a hacerlo ellos?), que siempre me acababan dejando o haciéndome sentir inferior en las relaciones.
A nivel familiar más de lo mismo: mi meta en la vida era ocuparme de que en mi casa hubiera menos discusiones y, si eso significaba ceder continuamente, lo hacía sin rechistar.
Si me vieras ahora, seguramente esa imagen mía del pasado te resultaría sorprendente.
Ahora tengo mi propio negocio digital que lleva años funcionando muy bien, realizando un trabajo que amo y ayudando a otras personas a emprender y conectar con sus talentos y su potencial.
Tengo una pareja maravillosa con la que llevo 6 años casada y dos mellizas de un año (otro gran sueño que me costó mucho cumplir). Soy dueña de mi tiempo y de mi vida. Me siento libre, y la baja autoestima no es más que un fantasma del pasado: cada día creo más en mí y me supero de manera constante.
¿Cómo ha sucedido esto? Pues muy simple, aunque no te diré que ha sido fácil: la gran transformación de la que te estoy hablando y que está asequible a cualquier persona se llama desarrollo personal. Y para mí viene de la mano del coaching.
Y es que en los últimos años ha habido un crecimiento exponencial del número de coaches y de profesionales del desarrollo personal. Ya lo dice este artículo publicado este mismo año en la revista Forbes: la industria de la autoayuda se está haciendo cada vez más necesaria. Actualmente, se contratan los servicios de un coach para ámbitos tan diversos como:
- La empresa, tanto para motivar a los trabajadores y lograr que trabajen más felices y comprometidos, lo que se refleja en la productividad y beneficios de la organización, así como para altos directivos que quieren mejorar sus habilidades comunicativas o ser más eficientes.
- En aspectos más personales se pueden contratar los servicios de un coach para cambiar de hábitos, adelgazar, reinventarse profesionalmente o simplemente como guía cuando nos sentimos perdidos y necesitamos enfocar nuestra vida. De hecho, a lo largo de estos últimos años, he trabajado con diferentes coaches para mejorar diferentes ámbitos de mi vida: emprendimiento, autoestima o, incluso, deporte.
¿Qué es el autocoaching?
Para entender mejor este concepto lo primero que necesitamos es definir qué es el coaching.
Según la Asociación Española de Coaching, el coaching profesional es un proceso de entrenamiento personalizado y confidencial mediante preguntas y un gran conjunto de herramientas que ayudan a cubrir el vacío existente entre el lugar donde el cliente está ahora y donde desea estar. En la relación de coaching, el coach ayuda al desarrollo personal elevando la conciencia, generando responsabilidad y construyendo auto confianza.
Para mí, el coaching es un proceso de transformación personal donde una persona se descubre a sí misma a través de preguntas que le proporciona su coach, encontrando respuestas por sí misma. Este es el objetivo del proceso de coaching: dotar a la persona de su poder personal.
El coaching es un proceso basado en aspectos tan esenciales y profundos a la vez como:
- La toma de conciencia (qué quiero, por qué lo quiero, mis puntos ciegos)
- El compromiso con tus metas y objetivos y la responsabilidad personal (yo soy el dueño de mis acciones y decisiones y, por tanto, de mi vida)
- La acción (no solo me doy cuenta de mis puntos ciegos y reflexiono, sino que paso a la acción, yendo a por mis objetivos)
Un proceso de coaching nos ofrece además 3 grandes beneficios: claridad en los objetivos, estrategia de cómo lograrlos (por eso hay coaches especializados en diferentes temáticas, sea perder peso o mejorar el currículo) y un trabajo más profundo con los bloqueos y obstáculos internos que nos impiden llegar a los objetivos.
Estar en un proceso de coaching significa hacer el camino guiado y acompañado. El coach actúa como guía del coachee (el cliente de coaching) aportándole las herramientas que en ese momento el coachee no tiene o desconoce que las tiene. Caminar acompañado significa conseguir los objetivos más rápido.
Y el término «autocoaching» no es ni más ni menos que realizar el proceso de coaching por tu cuenta, convirtiéndote en tu propio coach. En este proceso, a diferencia del coaching clásico, no caminas acompañado por un coach, sino que aplicas las estrategias y herramientas del coaching por tu cuenta. Por tanto, tienes un alto grado de consciencia y un mayor conocimiento de ti mismo.
Tal vez, algún aspecto de la vida no esté como deseas, pero dispones de mecanismos y herramientas para conseguirlo. Estableces tu plan de acción y caminas adelante afrontando miedos, bloqueos y dificultades, sintiéndote capaz de conseguirlo.
En el fondo, esto es lo que se pretende en un proceso de coaching estándar: que el cliente deje de depender de su coach al acabar el proceso y sea autónomo, siendo capaz de resolver las dificultades que se le presentan o de seguir la estrategia establecida para lograr sus objetivos.
Y creo sinceramente que en la nueva era en la que estamos viviendo ya, donde la globalización, los avances científicos y tecnológicos y un gran nivel de incertidumbre (a nivel social, laboral o incluso de valores) hacen que nos sintamos cada día más perdidos, convertirnos en nuestros propios coaches va a ser fundamental para tener mayores oportunidades, tanto en lo profesional como en lo personal.
Así que hoy quiero invitarte a descubrir el poder del autocoaching y cómo tú mismo puedes empezar a implementar sus técnicas y herramientas desde ya para darte cuenta de que efectivamente, todo está en tus manos.
Cómo mejorar tu vida con el autocoaching
#1 Pregúntate si realmente te conoces
Imagino que tú también estudiaste filosofía en el instituto. Si no es así, seguro que conoces esta famosa frase que siempre llamó mi atención: conócete a ti mismo.
No sé si a ti te pasa lo mismo, pero durante mucho tiempo a mí me costó mucho poder dar respuesta a las 3 famosas preguntas de la filosofía: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?
Precisamente, conocernos a nosotros mismos nos permite dar respuesta a estas preguntas. Tal vez te preguntes por qué es importante poder responder estas cuestiones un tanto metafísicas.
Nuestra identidad no es una sola cosa aislada: un cuerpo sin más. Somos un conjunto formado por nuestros recuerdos, visiones, gustos, valores, deseos, creencias y experiencias que conforman nuestra identidad.
Muchas veces tendemos a responder a la pregunta “¿quién soy?” diciendo nuestra profesión o nos identificamos con lo que otras personas dicen de nosotros. Vivimos muy influenciados por la opinión de los demás y por nuestra constante necesidad de aprobación.
Saber quién eres te permitirá determinar qué quieres, qué permites, qué necesitas, qué valoras en la vida y mucho más. Te permitirá determinar también tus objetivos y metas, pero sobre todo y más importante, nos vamos a pasar toda la vida con nosotros mismos, así que ¿por qué vivir con alguien desconocido?
Darse la oportunidad de conocerse es el inicio para tener una autoestima sana que contribuye, a su vez, a tener mejores relaciones. Si sanas la relación contigo, mejorarás la relación con los demás.
Conocerse a uno mismo también permite saber de dónde venimos. Las experiencias pasadas también han forjado nuestra personalidad. Además, para poner un rumbo en nuestra vida o para cambiar nosotros mismos es importante conocer de dónde partimos.
En el coaching existe una herramienta muy práctica para esto: La Rueda de la vida. Esta sencilla herramienta permite saber de qué punto partimos para ver qué aspectos mejorar y qué acciones tomar.
- Lo primero es dibujar un círculo y dividirlo en 8 partes como si de una tarta se tratara (pueden ser más si quieres). Cada porción representa un área importante de nuestra vida: trabajo, pareja (si la tienes), familia, hogar, finanzas, vida social, estudios (en caso de que aplique), ocio, desarrollo personal (si lo consideras relevante en tu vida), etc.
- A continuación se trata de reflexionar cómo te va en cada una de estas áreas de tu vida. Y ponerle una puntuación del 1 al 10, siendo 10 la nota máxima. Aquellas áreas de tu vida que obtengan menos puntuación serán las que más atención requerirán.
- Lo siguiente será realizar un viaje imaginario al futuro: si me encuentro conmigo mismo dentro de un año y me digo que he conseguido un 10 en esas áreas que peor están ahora, ¿cómo lo habré conseguido? ¿Qué acciones son las que supuestamente llevaría a cabo para llegar a ese 10?
Cuando tengas claras las acciones, quédate con 3 como mucho y empieza a ponerlas en práctica desde ya.
Y la última de las 3 preguntas, a dónde vamos. Es decir, saber cuáles son tus metas y objetivos para establecer un plan de acción para empezar a moverte. Uno de los pilares de la pirámide de Maslow es la autorrealización. Esa sensación de logro de los objetivos que nos ponemos. Desarrollar nuestra mejor versión y así contribuir al propio crecimiento personal. Esa necesidad de mejora continua intrínseca en el ser humano.
- Un poderoso ejercicio para saber qué quieres es la visualización. Poder cerrar los ojos y empezar a visualizar tu vida soñada. Quizás te parezca difícil… pero todo es cuestión de práctica. Puedes empezar por fijarte en escenas sin sentido que van fluyendo en tu cabeza mientras visualizas. Aquellas escenas que te proporcionen placer, te indicarán que esto es lo que realmente te gustaría sentir en tu vida más veces.
- Otro ejercicio potente para saber qué quieres de tu vida es la inspiración. Inspírate leyendo sobre otros, lee o sigue a personas cuyo estilo de vida, trabajos, situación, etc. te motiva. Puedes incluso crear tu propio collage llamado Mapa de sueños con recortes de revistas, donde aparezca todo aquello que te gustaría alcanzar algún día, incluso si a día de hoy te parece imposible.
Durante estos años he realizado varios mapas de sueños y cada vez que los miro me doy cuenta de que efectivamente: los sueños se pueden cumplir cuando uno se lo propone.
Por último, en este punto, te dejo con una reflexión. En el famoso templo de Apolo en Delfos donde se encontraba la famosa inscripción Conócete a ti mismo, también se encontraba esta potente frase:
Te advierto, quienquiera que fueres tú, que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que, si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros. Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses.
#2 Equilibra tus emociones con un diario emocional
Las emociones son la respuesta a estímulos externos o internos. Hay una definición preciosa sobre este término: una emoción es un movimiento del alma o del ánimo. Y, precisamente, eso es lo que hacen las emociones. Nos mueven, nos sacuden y nos sacan del estado en el que estamos.
¿Pero qué son emociones desde un punto de vista científico? Pues una respuesta de nuestro cuerpo a estímulos externos que nos ayudan a adaptarnos al medio, sobrevivir y lograr el bienestar del organismo.
- Las emociones nos mueven hacia aquello que consideramos agradable y nos alejan de lo que nos resulta desagradable, adquiriendo un papel fundamental en la toma de decisiones y la solución de conflictos.
- A su vez nos ayudan a motivarnos digiriendo nuestras conductas y a comunicarnos, sea de manera interna con nosotros mismos, como externa, con los demás.
Tal vez te haya pasado en alguna ocasión estar en medio de una discusión y decir “sin darte cuenta” algo que no querías decir. Y después preguntarte por qué has dicho lo que has dicho o has hecho lo que has hecho. Si no conoces el funcionamiento de tus emociones, es muy probable que situaciones así se produzcan a menudo en tu vida.
Las emociones, en general, juegan un papel vital en nuestra vida y en nuestra forma de relacionarnos con el mundo. La mayor parte del tiempo negamos las emociones catalogadas de negativas. Esto es debido a una percepción errónea de las mismas.
Las emociones no son ni positivas ni negativas, simplemente nos dan un mensaje para que podamos adaptarnos mejor a lo que está ocurriendo en nuestra vida, para que recuperemos el equilibrio.
Negar la emoción posiblemente no cambie la situación ni mejore el estado de la persona, sino todo lo contrario. Así que, te invito a que te permitas sentir las emociones, sea cual sea la emoción. Más cómoda o más incómoda. A que no te juzgues durante el proceso. Obsérvala y respira. La respiración es un buen mecanismo para transmitir calma a nuestro cerebro y a nuestro cuerpo. Y muévete.
Existen muchos ejercicios para cambiar los estados emocionales empezando por algo tan simple como sonreír, pues así es como «engañamos» a nuestro cerebro diciéndole que estamos bien.
Además, las emociones son contagiosas, gracias a las neuronas espejo que los humanos (ya hasta los primates) poseemos. Así que intenta rodearte de gente positiva.
Además, una buena gestión emocional nos ayuda a lidiar mejor con las dificultades de la vida. Gestionar nuestras emociones es gestionar nuestra vida.
El trabajo con las emociones es muy profundo. Y el autocoaching, basándose en la inteligencia emocional, nos da muchas técnicas para ello.
El ejercicio que te propongo para gestionar y entender mejor tus emociones se llama Diario emocional. El diario te ayuda a plasmar sobre papel lo que sientes, porque expresar las emociones es muy importante.
¿En qué consiste esta poderosa técnica? Es una herramienta muy sencilla, sólo tienes que tener contigo algo para apuntar, ya sea un cuaderno o incluso puedes utilizar tu propio móvil.
Cada vez que sientas una emoción intensa o desagradable, apunta en el cuaderno cómo te sientes.
Estos son los pasos a seguir:
- Describe la situación que ha motivado esa emoción con todo detalle y de manera objetiva, como si lo vieras de fuera. Incluye si hay más personas.
- Escribe los pensamientos que tuviste antes de que apareciera la emoción.
- Describe todas las sensaciones que sentiste en tu cuerpo y en qué parte del cuerpo las percibiste.
- Pon nombre a todas las emociones que sentiste, incluso si son confusas, mezcladas o contradictorias.
- Anota qué crees que te quiere decir la emoción, qué mensaje trae consigo para ti. Esta parte es muy importante. Si no encuentras respuesta en el momento, déjalo para más tarde.
- Tras la emoción qué acciones emprendiste. ¿Funcionaron? ¿Qué acciones podrías haber tomado y no tomaste? ¿Qué acciones toman otras personas en situaciones similares? ¿Podrías preguntarle a alguien?
- Anota qué decisiones se derivan de lo anterior. Cómo puedes actuar en el futuro teniendo toda esta información.
- ¿Qué has aprendido? Conclusiones.
#3 Convive con las críticas y tu necesidad de aprobación
El autocoaching nos enseña algo muy importante: cómo dejar de buscar la aprobación de los demás y actuar según nuestro propio criterio. Recuerda que la responsabilidad personal es uno de los pilares básicos del coaching.
Somos seres sociales y una de nuestras necesidades más primarias es la seguridad. La necesidad de aprobación nace de nuestro miedo al abandono, ya que, en épocas primitivas la supervivencia estaba garantizada formando parte de una tribu.
Ahora bien, hoy en día, nuestro cerebro sigue programado para nuestra supervivencia, pero somos muchísimo más autosuficientes que nuestros ancestros.
Sin embargo, seguimos percibiendo las críticas o el rechazo (muchas veces imaginario) como si de una amenaza de muerte se tratara. Esta es la razón por la que en una encuesta realizada hace años, el miedo a hablar en público aparece como el primero de la lista, siendo sólo el cuarto el miedo a morir.
La parte buena es que podemos aprender y entrenar nuestro cerebro para afrontar las críticas. Un primer paso que podría recomendarte es des-identificarte de la crítica. Hay un dicho popular que afirma que la crítica dice más de la persona que la hace.
Además, si te conoces, te amas (es decir, tienes una buena autoestima) y tienes una buena gestión emocional (pues cuando nos critican, enseguida saltan nuestras alarmas y aparecen diferentes emociones desagradables), lidiar con las críticas será más sencillo.
Por eso, un consejo que podría darte, pues yo como emprendedora digital vivo muy expuesta y en ocasiones recibo críticas, es que observes qué emoción provoca en ti la crítica. Si hay algo que te remueve, simplemente quiere decir que hay algo a cambiar.
El mundo es nuestro espejo y simplemente refleja lo que pensamos. Lo que pasa en tu interior se refleja fuera. Observa tu vida ahora mismo. Si tu vida es un caos, es porque en tu mente hay muchas preocupaciones.
De todas formas, soy honesta contigo, lidiar con las críticas no es sencillo, pero en mi caso, cada vez me afectan menos. Como todo en la vida, es un proceso y un aprendizaje continuo.
Existe un ejercicio muy práctico para que lo utilices cuando detectes una creencia limitante o cuando aparezca el miedo a las críticas o a exponerse. Este ejercicio está basado en el método The Work de Byron Katie.
Para hacerte el ejercicio más fácil, voy a poner de ejemplo mi propio caso. Hace no mucho una lectora de mi blog me escribió criticando mi decisión de llevar a la guardería a mis hijas de 14 meses, alegando que cómo era posible que una profesional de desarrollo personal, una mujer consciente, comete semejante barbaridad con sus propias hijas causándoles verdaderos traumas.
La emoción que sentí fue de enfado porque sentía que era injusto que me criticaran por una decisión que tanto me había costado tomar y que tomé porque no tenía otro remedio: soy emprendedora y para poder trabajar en mi proyecto necesito tiempo y tranquilidad. Y si no, mi proyecto se hunde.
Sin embargo, cuando algo nos molesta es que hay algo en nosotros que no está en equilibrio. Alguna creencia limitante que genera conflicto y que de una manera oculta le está dando la razón a la otra persona.
¿Cuál era esa creencia que sustentaba mi enfado? El miedo a no ser una buena madre. La creencia de que no era tan buena madre como quisiera ser.
Ahora, vayamos con el ejercicio que te propongo donde usaré esta creencia limitante para ver cómo podemos cambiarla.
- Cuando detectes la creencia, pregúntate: ¿Es realmente cierta esta creencia? ¿Estás seguro al 100% de que es real siempre? Seguramente no estarás seguro o no puedes asegurar de que la creencia sea siempre cierta, ya que entran otros factores o personas.
En mi caso yo no estoy 100% segura de esta creencia, pero aunque en algunos momentos lo haya creído, no lo pienso así siempre. Es más: ninguna creencia es verdad o mentira. No es más que eso: creencia, algo que creemos a lo que le damos validez, pero que podemos cambiar siempre.
- Anota cómo eres y cómo actúas con esa creencia. En mi caso cuando pienso que soy mala madre, me siento insegura y preocupada y esa inseguridad la puedo transmitir a mis hijas.
- Ahora, imagina cómo serías sin esa creencia y qué harías. Anota todo lo que se te ocurra. Sin esa creencia me siento tranquila, estoy positiva y transmito buena energía a mis hijas.
- Recuerda si hay alguna situación en tu vida en la que esa creencia no estuvo presente y anota cómo actuaste. A veces, tenemos una creencia, pero sólo aparece en determinados ámbitos de nuestra vida.
En mi caso, actúo sin esa creencia en muchas ocasiones de mi vida, sólo surge en momentos de críticas o cuando estoy afrontando momentos de estrés en mi trabajo y no puedo atender como quiero a mis hijas.
- Ahora escribe tu creencia de manera positiva. La idea no es que escribas algo y al leerlo no te lo creas sino que, sea veraz en relación a tu momento actual. Por ejemplo, no poner que eres capaz de correr un maratón.
No es que no puedas ser capaz en un futuro si te entrenas, pero si llevas sin correr 10 años no vas a poder correr ni 30 minutos el primer día. Analiza cómo te sientes al leer la creencia contraria. La nueva creencia es que soy una madre maravillosa, la mejor madre posible para mis hijas. Para sentirlo real me baso en situaciones cotidianas donde lo paso bien con ellas, cuando las veo sonreír, jugar conmigo, etc. Me siento plena y orgullosa.
Ayuda y mucho, escribir las respuestas a mano. También ayuda a tener a la vista y por escrito creencias que nos potencien. Con el tiempo, esas creencias serán más poderosas, pues tendrás más herramientas y te sentirás más empoderado.
#4 Empieza a tomar decisiones, por pequeñas que sean
Nuestra vida se compone de decisiones. Incluso, aquellas decisiones que no tomamos también parten de una decisión. La decisión de no hacer nada.
Es cierto que hay decisiones que son más vitales en nuestra vida como qué hacer con nuestra vida. Y es que responder a la pregunta qué quiero en la vida, en ocasiones, puede ser muy difícil. Yo misma he encontrado muy difícil en muchas ocasiones de mi vida responder a esta pregunta tan peliaguda.
Sin embargo, también hay muchas personas que se bloquean ante decisiones banales. Como, por ejemplo, qué sabor de helado pedir.
Tal vez te preguntes por qué esto es así. En ocasiones es debido a nuestro miedo a equivocarnos. El temido fracaso. Lo cierto es que el fracaso como tal no existe. Sólo el significado que le damos. Equivocarnos simplemente es la forma de descubrir cómo no hacer las cosas y, sobre todo, cómo mejorar el proceso.
Y es que cuando tomamos una decisión, siempre tomamos la mejor decisión que podíamos tomar para ese momento con la información que tenemos y con los recursos que contamos. Además, a veces, tenemos que tomar una decisión sí o sí y posponerlo no hace otra cosa que producirnos dolor y malestar.
No es cuestión de decidir a las bravas y que pase lo que pase, sino encontrar un equilibro que nos haga sentir bien y tomar acción, aunque no nos parezca perfecta.
Además, a veces, las decisiones que tenemos que tomar no son fáciles porque pueden suponer dejar personas atrás, dejar un trabajo o exponerse y dar una charla en público. Sin embargo, tras tomar decisiones importantes, muchas veces sentimos paz interior y hasta mejora nuestra autoestima. Y esa es la pista de que vamos por buen camino.
También te invito a que reflexiones sobre las veces que has tomado una decisión errónea. La mayoría de las veces podemos volver a empezar y reescribir nuestra historia. Hay muchas personas conocidas que volvieron a empezar después de malas decisiones. La vida sigue y aprender es la base para tomar mejores decisiones y tener una mejor vida.
Según el mundialmente conocido orador motivacional americano y coach de vida, Tony Robbins, tomamos las decisiones en base a estos 3 factores:
- En qué me enfoco (a qué presto atención)
- Qué significado le doy a eso a lo que presto atención (todos sabemos que una misma situación puede ser vista de manera muy diferente por personas distintas)
- Cómo obtengo como resultado una acción (o la falta de la misma)
Y como quiero facilitarte la toma de decisiones te voy a regalar un ejercicio práctico de autocoaching que puedes empezar a implementar ahora mismo.
Este ejercicio te llevará más tiempo al principio, pero con la práctica te saldrá automático. ¿Empezamos?
- Escribe qué decisión tienes que tomar. Escribe todos tus pensamientos relacionados con esa decisión. No te dejes nada. Cuando escribimos en papel, nos ayuda a ver las cosas de otra manera. La escritura es un ejercicio muy liberador.
- Define tu objetivo. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente quieres conseguir cuando tomes esa decisión? Por ejemplo, si quieres cambiar de trabajo para trabajar desde casa y poder tener tiempo para tu familia, tal vez tu objetivo real sea tener tiempo para tu familia.
- Ahora escribe en el papel todas las opciones que se te ocurran relacionadas con esa decisión. Eso sí, con tu objetivo en mente.
- Pasamos a analizar los famosos pros y contras. Para cada una de las opciones del punto anterior escribe todos los pros y contras que se te ocurran.
- Piensa en alguien que haya pasado anteriormente por la decisión que tienes que tomar. Elige a alguien que haya conseguido el objetivo que identificaste en el punto 2. Si conoces a esa persona personalmente, pregúntale qué decisión tomó y si puede darte algún consejo. Eso sí, cada persona y cada situación es un mundo, así que simplemente tómalo como una opción para reflexionar. Luego ya identificarás si esa opción conecta contigo o no.
- En este punto reflexiona y medita sobre la decisión que quieres tomar. Trata de estar en calma y a solas. Asegúrate de no ser interrumpido. Ahora cierra los ojos y concéntrate en la respiración. Esto te aportará calma y te ayudará a conectar contigo.
- Imagina que estás a punto de tomar la decisión y piensa en ello con calma. Elige la opción que te acercará más a tu objetivo real. Ahora conecta con tus emociones y pregúntate cómo te sientes con esa decisión. ¿Te aporta calma? Entonces, vas por buen camino.
- Sólo queda una cosa, ponerte en acción. Pon una fecha y decide cuál será la primera acción que vas a tomar.
Y como ya te he dicho, no hay decisiones correctas o incorrectas. Sólo aprendizajes, así que libérate de la presión. También te invito a que reflexiones sobre las veces que has tomado una decisión errónea. La mayoría de las veces podemos volver a empezar y reescribir nuestra historia.
Hay muchas personas conocidas que volvieron a empezar después de malas decisiones. La vida sigue y aprender es la base para tomar mejores decisiones y tener una mejor vida.
#5 Mejora tus relaciones empezando por ti mismo
“Si tú cambias, todo cambia”, habrás oído centenares de veces esta frase. El comunicador y creador de sistemas pedagógicos, Borja Vilaseca, lo explica con su forma tan característica en este vídeo. Aplicándolo a las relaciones, si mejoras la relación contigo mismo, mejorará la relación con tu entorno. Podrás dejar de exigir a los demás que cubran tus necesidades y empezarás a hacer por ti mismo lo que necesitas.
Mejorar la relación contigo parte de nuevo del pilar básico de este artículo, conocerte. Empezar a conocerse, es empezar a forjar la relación contigo. Y a partir de ahí, se puede empezar a saber qué quieres, qué necesitas, etc.
Conocerse y amarse repercute directamente en relacionarnos con los demás de manera sana, sin exigir nada. Y simplemente disfrutar de la compañía.
Si mejoras la relación contigo y te valoras, también te rodearás de personas que te valoren. Y esto es así porque si tú te valoras, no vas a permitir en tu vida personas que no lo hagan.
La manera más directa de mejorar la relación contigo mismo la puedes realizar en estos dos ámbitos: satisfaciendo tus necesidades y honrando tus valores.
Para satisfacer tus necesidades y valores, te propongo que pongas por orden de prioridad las siguientes necesidades básicas, eso sí, siendo totalmente honesto contigo:
- Seguridad
- Variedad
- Libertad
- Amor
- Conexión con otras personas
- Importancia y autovaloración
- Crecimiento
- Contribución
Si sientes que hay alguna necesidad que falta, la puedes añadir.
Para poner tus necesidades por orden de prioridad, plantéate situaciones de dilema. Por ejemplo, si dudas si es más importante para ti la seguridad o el amor, imagínate que por amor deberías dejar un trabajo seguro que te proporciona estabilidad, mudándote a otro país con tu pareja.
De hecho, esto es algo que me sucedió a mí hace años cuando decidí irme a vivir al extranjero porque mi novio se marchó a trabajar a Alemania. Renuncié a un trabajo estable (y que no me llenaba) y me aventuré a realizar unas prácticas en una agencia de publicidad alemana, cobrando aún menos que en España. O sea, perdiendo la poca estabilidad económica que tenía hasta la fecha.
¿Qué ocurre cuando tienes claras tus necesidades? Pues que podrás aceptarte y entender por qué eres cómo eres, por qué actúas como actúas y empezarás a respetarte más, si te lo propones, sabiendo que para ti hay aspectos muy importantes y que si no los satisfaces, te vas a sentir mal.
Yo antes me recriminaba por querer viajar tanto creyendo que estaba huyendo de algo… pero ahora entiendo que esto se debe a mi necesidad de variedad. No soporto el aburrimiento y vivir en el mismo sitio mucho tiempo. Necesito cambio y esto me hace sentir plena. Aceptarlo ha sido muy liberador para mí.
Lo mismo ocurre con nuestros valores. Los valores son esos principios esenciales que guían nuestra vida. Tienen que ver con las emociones que más deseamos sentir. A veces incluso se pueden confundir con necesidades. Entonces, son aún más poderosos para nosotros.
Un ejemplo de ello sería el valor de la libertad. La libertad es una de las necesidades básicas del ser humano, pero cuando además la tienes por valor, harás lo que sea por perseguirla en tu vida. O serás profundamente infeliz si no está en tu día a día.
En mi caso personal, fui muy infeliz cuando trabajaba para otros porque no podía vivir mi valor de la libertad, de ser dueña de lo que hago, cuándo y cómo lo hago. Seguir rutinas y horarios no iba conmigo, pero mis miedos eran más fuertes: miedo a quedarme sin dinero, a que mi familia dijera que estaba loca si dejaba un trabajo seguro, etc.
Ahora que tengo mi negocio propio y hago lo que amo, pudiendo realizar mi trabajo desde cualquier parte del mundo, puedo decir que estoy viviendo de manera mucho más libre y más acorde a mi esencia.
La clave está en conocer cuáles son esos 5 o 10 principales valores y honrarlos. Es decir, ver cómo cada día de tu vida puedes tenerlos presentes. Aquí simplemente tienes que responder a la siguiente pregunta: ¿qué tengo que hacer cada día para sentir ese valor en mi vida?
Si descubres que llevas mucho tiempo sin tener en tu vida esos valores, ya sabes lo que te falta. Y la clave está en preguntarte cómo puedes volver a conectar con ellos desde hoy, aunque sea en una pequeña escala.
Si, por ejemplo, la libertad es uno de tus valores clave, pero vives atado a un trabajo que no te llena por pura necesidad de supervivencia, tal vez puedas conectar con tu libertad a través del ocio, hobbies, viajes, etc.
Lo importante es tenerlo en cuenta y saber qué tienes que hacer a corto y a largo plazo para sentir cada vez más este valor. Quizás no puedas dejar tu trabajo mañana mismo, pero puedes iniciar un plan B que te lleve en unos meses o años a dejar el trabajo actual y emprender en algo que ames.
#6 Trátate bien para aumentar tu autoestima y confianza
Construir una buena autoestima y autoconfianza es un proceso que implica aprendizaje, compromiso y mucha paciencia. La confianza está estrechamente relacionada con una buena autoestima, pues es la base de la creencia de que podemos afrontar (casi) cualquier reto o situación que se presente en nuestra vida.
La autoestima es no ni más ni menos que la opinión o la valoración que tenemos sobre nosotros mismos.
Si cuentas con confianza y una buena autoestima:
- Creerás en ti mismo, en tus habilidades y sabrás sacar lo mejor de ti, sea a nivel personal, familiar, profesional o social.
- Lidiarás mejor con los problemas que surgen en tu vida sintiéndote capaz de resolverlos y pasando a la acción de manera consistente.
- Afrontarás mejor tus miedos. Esto no quiere decir que no vayas a tener miedo, sino que actuarás a pesar del miedo. O lo que es lo mismo, no te dejarás paralizar por el miedo, pues con confianza y una buena autoestima aceptas tus miedos y los enfrentas, en vez de huir de ellos.
- Te amarás y te respetarás tal cual eres y esto también se reflejará en tu relación con tu entorno.
- Tendrás mayor facilidad para conseguir tus metas y objetivos. Esto no quiere decir que vayas a conseguir todo lo que te propongas, ya que, a veces, entran en juego otros factores. Sin embargo, no te rendirás ante las dificultades y harás todo lo que esté en tu mano para conseguir lo que te has propuesto. Y si finalmente no lo consigues, lo aceptarás sin juzgarte ni criticarte. Si puedes volver a intentarlo de otra manera, lo harás y si no es posible, continuarás con otro objetivo.
Hay muchos más beneficios de contar con confianza y buena autoestima, pero convirtiéndote en tu propio coach dispondrás de las herramientas para cultivar y mantener la confianza y una buena autoestima.
Para empezar a fomentar tu autoestima y tu confianza te voy a dejar dos ejercicios muy sencillos, bueno tres.
El primero, trabaja con el espejo, como nos recomienda la autora motivacional Louise Hay en su libro El poder del espejo. En Youtube también puedes encontrar muchos vídeos de Louise Hay sobre el trabajo del espejo.
Todos los días, cada vez que vayas al cuarto de baño o pases por un espejo, obsérvate. Di algo bonito a la persona que ves en el espejo. Lo que sea. Por ejemplo, que tienes unos ojos bonitos. Poco a poco te irás acostumbrando a decirte cosas bonitas, pues por norma no estamos acostumbrados a hacerlo.
Escribe un listado de tus fortalezas. Las que consideres que tengas. Acompáñalo de los elogios o cosas bonitas que recuerdes que te han dicho alguna vez. Este listado también puedes acompañarlo de tus logros. Mi recomendación es que escribas tus logros diarios, pero, sobre todo, que los celebres.
Y el último ejercicio que te propongo es que te mimes y te premies de vez en cuando.
Normalmente nos preocupamos por cuidar y mimar a las personas que queremos, así que ¿por qué no hacerlo con nosotros mismos también? Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán y tú seguramente te sentirás mejor, pues no hay nada como acción positiva para cambiar tus creencias sobre ti mismo.
#7 Avanza hacia la autorrealización
Una vez tenemos aseguradas nuestras necesidades más básicas como el alimento, el techo, la seguridad, las relaciones sociales, la autoestima, etc. aparece la necesidad de realizarnos. Esto significa conocer nuestros talentos, nuestras fortalezas y potenciarlas para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.
La autorrealización tiene mucho que ver con encontrar qué sentido tiene nuestra vida o, como se suele decir, a qué hemos venido a este mundo. Nuestro propósito de vida. Encontrar tu elemento. Eso que realmente te apasiona y en lo que eres bueno.
Y aunque esto de autorrealizarnos y encontrar nuestro propósito o perseguir nuestra pasión es un tema tan manido últimamente, hay estudios que demuestran lo positivo que es para nuestro bienestar.
Un estudio realizado en 2015 concluyó que perseguir tu pasión rebaja tus niveles de estrés y contribuye a una mayor felicidad en general. Los investigadores han detectado que los participantes que se dedicaban a cultivar sus hobbies se sentían un 34% menos estresados y un 18% menos tristes durante la realización de dichas actividades, así como durante un tiempo posterior.
Asimismo, la experta en productividad Laura Vanderkam, señala que encontrar tiempo para ti mismo se traduce en una mayor sensación de felicidad. «La vida simplemente se siente mejor cuando tienes que hacer cosas que realmente quieres hacer. Aparecen momentos en los que la sensación del tiempo desaparece porque te sientes tan bien en esto que estás realizando. Cuanto más tiempo pases en esta zona, tanto mejor»
Te dejo con un pequeño ejercicio para encontrar tu pasión.
- Imagina por un momento que ya eres tu mejor versión. Imagínate que eres tu mejor tú todo el tiempo. Piensa qué harías y apúntalo para que no se te olvide. Escribe todo lo que se te ocurra, no analices ni temas escribir incluso cosas que te parezcan locas. Cuando acabes, busca un patrón común entre todas las ideas que han surgido. Revisa qué es lo que te hace sentir más completo.
- Después encuentra tu por qué: por qué quieres hacer eso que acabas de escribir. Al encontrar tu gran porqué, conectarás con tus verdaderas motivaciones, tus valores. Los valores son eso que te impulsa, que te motiva, que te hace levantarte de la cama porque son emociones poderosas e importantes para ti. Aquello que harías incluso gratis.
Todos tenemos facturas que pagar, pero imagina por un momento que el dinero no es un problema.
Es cierto que encontrar tu pasión a veces lleva un tiempo, por eso el autoconocimiento también nos ayuda a conectar con ese potencial que tantas personas tenemos dormido.
#8 ¿Cuál es tu tipo de actitud?
La actitud es la forma en la que afrontamos la vida. La forma en la que nos enfrentamos a lo que nos sucede. Esto se explica muy bien cuando preguntamos a dos personas distintas sobre sus impresiones ante un mismo suceso.
Por ejemplo, la crisis económica. No la verá de la misma forma una persona que tiene un trabajo poco estable por cuenta ajena que un emprendedor en busca de oportunidades. Para el primero es la peor noticia posible: puede perder su trabajo. Para el segundo, habrá más oportunidades para hacer crecer su negocio. No en vano se dice que las crisis agudizan el ingenio.
Y así ocurre con casi todo lo que se nos presente en la vida. Una persona puede que ante esta situación sólo vea la parte pesimista, que no encuentre salida o que eche la culpa a los demás.
Otra persona puede ver esa misma situación de una manera más positiva. Considera los problemas como oportunidades para crecer y mejorar.
La vida no es buena ni mala. Estos calificativos los atribuimos las personas desde nuestro prisma. Tener una buena actitud nos permite tener la libertad de elegir cómo enfrentar las situaciones que acontecen.
Una de las premisas del desarrollo personal y en concreto del autocoaching es poder cambiar tu actitud ante la vida. Según el coaching estratégico existen 3 tipos de actitudes:
- Víctima: las víctimas se quejan continuamente, echan la culpa a los demás o a sí mismos, se sienten impotentes ante los problemas y no pasan a la acción, por lo que no consiguen resultados.
- Avestruz: los avestruces dicen sí a todo, se muestran optimistas, dicen y prometen… pero cuando llega la hora de la verdad, se esconden y no pasan a la acción tampoco.
- Guerrero: los guerreros avanzan pese a los problemas, ven en los problemas una oportunidad de crecimiento y pasan consistentemente a la acción, incluso si al final fracasan o las cosas no salen como esperaban. Entonces se levantan y buscan nuevas soluciones. No se detienen, pues creen en sí mismos y están abiertos al aprendizaje continuo.
¿En cuál de estas 3 actitudes te ves tú?
#9 No esperes a estar motivado
Muchas veces nos ponemos excusas para empezar a hacer algo. Nos decimos que cuando estemos motivados empezaremos a hacer ejercicio, haremos ese curso que necesitamos, aprenderemos un nuevo idioma, etc.
En realidad, la mayor parte del tiempo la motivación aparece cuando nos ponemos en acción. Empieza a dar pasos y la motivación te encontrará.
Además, ¿tú crees que los deportistas de élite tienen todos los días ganas de entrenar durante horas o levantarse a las 5 de la mañana esos días de frío o lluvia? Seguramente no. Pero lo que hace que se levanten todos los días y entrenen aun sin ganas es tener en mente su para qué, su objetivo. Para qué hacen lo que hacen.
Y sobre todo su gran por qué: sus valores, como comentaba más arriba. Por eso es tan importante conocerlos y tenerlos presentes en tu día a día.
Pero a veces nos sucede que esa motivación inicial que teníamos de repente desaparece y ya no nos sentimos con ganas. Si te ha pasado alguna vez (y es algo muy frecuente), la ciencia nos da la respuesta.
Un estudio con ratas nos descubre cómo funciona la motivación a nivel cerebral. La culpa de todo lo tiene una hormona llamada la dopamina, una hormona a la que se suele asociar el placer y la felicidad.
En un estudio realizado por el profesor de psicología de la Universidad de Connecticut, John Salamone, se realizó un trabajo con ratas durante 15 años, aumentando o disminuyendo de manera artificial sus niveles de dopamina. A continuación se les ofrecían premios de diferente valor a los que podían acceder de diferente manera: los de valor bajo se conseguían de manera más simple y los de valor más elevado de manera más compleja.
Pues bien, las ratas con menores niveles de dopamina elegían el camino más fácil y el premio de menor valor.
Aunque luego se concluyó en otro estudio que no siempre la dopamina funciona como motivador real, pues dependiendo del área del cerebro en el que se active, nos hará perseguir el objetivo realmente (corteza prefrontal o área encargada de la motivación y recompensa) o se quedará sólo en una emoción que se apagará sin más (área del cerebro enfocada en la emoción y el riesgo o ínsula anterior).
Esa es la razón por la que a veces nos sentimos muy motivados tras leer algo o hablar con una persona, pero al poco rato volvemos a estar como antes, pues sólo hemos generado una emoción pasajera.
Por eso, como decía más arriba, la clave está en crear rutinas y hábitos, en empezar el trabajo aún sin estar motivado. Porque si conoces por qué y para qué lo estás haciendo (tus valores y tu gran propósito), la motivación te pillará trabajando.
#10 Conviértete en el líder de tu vida
Ya lo dijo Gandhi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”.
Sacando el líder que hay en nosotros, afrontamos los cambios de manera más liviana. Vemos oportunidades donde los demás sólo ven obstáculos. Conectamos con el optimismo y las emociones positivas como impulso ante las dificultades, contagiando, a su vez, a las personas de nuestro entorno.
El líder reconoce sus habilidades, toma acción y consigue sus objetivos. Tal vez, no lo consiga a la primera. Aprende de sus errores y vuelve a intentarlo.
Mucha gente, incluida yo hace años, creemos que el liderazgo es una cualidad con la que se nace. Si te pregunto cómo ves a un líder, posiblemente me dirás que imaginas a alguien seguro de sí mismo, fuerte, confiado, al que no le asustan los retos, que sabe dirigirse a las personas o sabe guiar a otras personas.
Nos imaginamos a alguien a quien no le da miedo hablar en público, que no está preocupado por el qué dirán, que consigue lo que se propone. Alguien con actitud incluso emprendedora, pues ve oportunidades donde otros ven obstáculos.
¿Pero no es todo esto acaso lo que acabamos de leer en este artículo? ¿Las cualidades que se pueden aprender gracias al desarrollo personal?
Ser tu propio líder implica crear y dirigir tu vida. Significa ser responsable de tu vida y creador de tu realidad. No culpar a tu entorno, al gobierno o a la situación económica del momento. Ver oportunidades e ir a por ellas, incluso si tu situación actual no es la más cómoda.
Por último, un buen líder agradece lo que tiene, las oportunidades y la persona en la que se ha convertido y este hábito lo hace a diario.
¿Quién me iba a decir a mí, aquella chica tímida y vergonzosa, que no se atrevía a pedir un aumento de su sueldo mileurista que apenas le permitía sobrevivir, que algún día tendría su propia empresa y se convertiría en la líder de su vida, ayudando a cientos de personas de todo el mundo a tener una vida mejor?
Si no fuera por el coaching, todo esto hoy no sería posible para mí. Ni para todas aquellas personas con las que he trabajado en los últimos años.
¿Tu también quieres transformarte en el líder de tu vida?
Durante la semana del 9 al 15 de Diciembre de 2019 ofrezco un entrenamiento gratuito online, que puedes ver cómodamente desde tu casa, llamado Crea la vida que sueñas, basado en el Autocoaching y las 7 Leyes Universales.
Si te apetece conocer más a fondo el mundo del autocoaching y experimentar tu mismo todo lo que eres capaz de hacer por ti mismo, puedes apuntarte aquí:
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Espero de corazón que puedas empezar a construir una nueva versión de ti mismo. Y me encantará acompañarte en este camino.
-María Mikhailova
Nelson Barrios dice
Muy bueno e interesante. Gracias por compartirlo. Disfruté y aprendí de su lectura
Jesus Mancheño dice
Excelente artículo!
Cómo compañero de María en el mundo del Coaching tengo que reconocer que este post se podría considerar una de las GUIAs de coaching más completa que hay en la red de manera gratuita.
Grandioso trabajo!
Ramona Santana Santana dice
Un excelente material que si se pone en practica con el firme deseo de lograrlo, producirá muy buenos resultados. Hoy decido ponerme a prueba, quiero esos resultados!
Sohe dice
Excelente! 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
Jabín Hernández dice
Es un artículo muy interesante y práctico en cada punto, espero avanzar en cada una de las herramientas. Gracias por compartir y añadir valor para cada lector.
Pilar Cadavid M. dice
Gracias Maria por compartir tus conocimientos, el contenido de la información es bien interesante y oportuna para mi.