Estás en una reunión de trabajo. Has preparado bien tu presentación y, aunque sientes los nervios habituales, confías en salir airoso.
De repente, en medio de tu exposición, alguien interrumpe: «Perdona, pero eso que dices no es correcto».
Todos se giran a mirarte.
Tu mente se queda en blanco. El corazón te late a mil por hora. Sientes el calor subiéndote por el cuello. Y lo peor: no sabes qué decir.
Las palabras se te quedan atascadas en la garganta mientras el silencio se hace cada vez más incómodo.
Luego, cuando llegas a casa, empiezas a darle vueltas: «Debería haber dicho esto… o aquello… ¿por qué me he quedado paralizado?»
Hoy te traigo 5 técnicas para que la próxima vez que alguien te ponga en evidencia, no te quedes bloqueado.
1. Pausa antes de reaccionar ⏸️
Cuando alguien te critica delante de otros, tu cerebro lo detecta como una amenaza social y activa la amígdala.
Tu cuerpo se prepara para huir o atacar. Por eso sientes el impulso de justificarte rápidamente o te quedas paralizado sin saber qué decir.
Pero responder de forma impulsiva casi siempre empeora las cosas.
El silencio es tu aliado.
👩🔬 Hacer una pausa de 2-3 segundos antes de responder te da tiempo para que tu corteza prefrontal (la parte racional del cerebro) recupere el control.
Además, el silencio transmite seguridad. Demuestra que no te sientes amenazado.
2. No te defiendas, reconoce 🛡️
Nuestro instinto cuando nos critican es defendernos.
«No, espera, lo que yo quería decir era…»
«Quizás es que tú no me has entendido bien…»
Pero justificarte demasiado transmite inseguridad.
La gente segura no se justifica. Reconoce.
Si la crítica tiene algo de razón, admítelo con naturalidad.
Ejemplo: Si alguien dice «Eso que propones no es realista», en lugar de justificarte, prueba con: «Puede que tengas razón en que hay aspectos a pulir. ¿Qué parte te parece menos viable?»
Reconoces y además devuelves la pelota a su tejado.
3. Usa el humor para descalificarte (sin humillarte) 😊
El humor que reconoce tus debilidades es un arma tremendamente poderosa, porque desvía la atención de la crítica y demuestra que no te afecta lo que opinen los demás.
Pero recuerda que se trata de reírte de ti mismo, no de humillarte.
Ejemplo: Si alguien te dice «Parece que hoy no es tu día», responde sonriendo: «Claramente no, pero mañana lo compensaré con creces».
4. Establece tu límite con calma 🚧
A veces la crítica cruza la línea y se convierte en falta de respeto.
Entonces no puedes ignorarlo o responder con humor. Necesitas poner un límite.
La clave está en ser directo, breve y no alterarte.
Si pierdes los nervios, parecerá que te ha afectado demasiado. Si te quedas callado, estarás permitiendo que vuelva a ocurrir.
Ejemplo: Si alguien dice delante de otros «Siempre la misma historia contigo, nunca aciertas», puedes responder:
«Prefiero dejar este tema para otro momento si vamos a tratarlo así»
o
«Este no es el momento ni la forma».
5. Redirige la conversación 🎯
Si intentas defenderte o profundizar en la crítica, alargas el momento incómodo.
Pero si cambias el tema de forma natural, reduces la tensión y evitas quedarte atrapado.
Redirigir te devuelve el control.
Ejemplo: Si alguien dice «Tu presentación es muy caótica», puedes responder: «Tomo nota. Ahora, ¿qué os ha parecido la segunda propuesta? Me gustaría saber vuestra opinión».
Reconoces brevemente y rediriges hacia algo constructivo.
📌 Recuerda
La próxima vez que alguien te ponga en evidencia delante de otros, haz una pausa antes de reaccionar. Y luego usa una de estas cuatro estrategias:
✅ Reconoce sin justificarte en exceso
✅ Usa el humor con naturalidad (si encaja)
✅ Pon límites cuando sea necesario
✅ Redirige la conversación para recuperar el control
Y recuerda: incluso las personas más seguras sienten incomodidad en estos momentos. Es absolutamente normal.
La diferencia es que la gestionan de forma racional.
Hasta la semana que viene,
Pau






















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