Me llamo Pau Forner y soy un autor y emprendedor especializado en marketing digital e inteligencia social.
Soy el creador del blog Habilidad Social, en el que ayudo a personas tímidas e introvertidas a superar sus miedos y desarrollar una personalidad carismática. También he publicado el bestseller sobre habilidades sociales y emocionales Dirige Tu Vida (Editorial Planeta).
Máster en marketing y posgraduado en inteligencia emocional con más de 10 años de experiencia como consultor y brand manager en empresas multinacionales. Desde 2016 me dedico a la generación de negocio online con proyectos de formación, afiliación y ecommerce.
Me apasiona la psicología. Soy licenciado en biotecnología por la Universidad Autónoma de Barcelona, postgraduado en inteligencia emocional por la UNIR y máster en marketing y comunicación por la Universidad Pompeu Fabra.
También me gustan las películas de miedo, los juegos frikis y cantar en los karaokes, pero si quieres conocer mi currículum completo y otras aficiones innombrables puedes consultar mi perfil de Linkedin.
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Mi perfil de psicólogo vocacional hace que una de mis mayores pasiones sea el estudio de la mente humana. Y en Habilidad Social uso un método basado en ciencia para identificar herramientas prácticas que nos permitan mejorar nuestras relaciones sociales y emocionales.
He trabajado con particulares, emprendedores y empresas, apareciendo en medios como El País, El Confidencial, RNE o Entrepreneur. Cada mes, centenares de miles de personas visitan esta web para aprender a usar, en forma de recursos prácticos, los últimos avances científicos de la psicología social y emocional.
Mi historia
Nací en Barcelona a principios de los 80. Hijo de un catedrático en psicología y una profesora de educación infantil, de pequeño fui un niño curioso y tozudo, dos rasgos que me siguen metiendo en problemas a día de hoy.
También fui un chico tímido. De los que se sientan al final de la clase y ven con frustración como sus amigos salen con las chicas que le gustan.
Yo estaba convencido de que era una persona segura y con autoestima, pero en realidad la protegía ocultando mis emociones y evitando cualquier situación donde pudieran rechazarme. Y es que cuando vives en tu zona de confort nadie puede lastimarte ni hacerte ver que no eres la clase de persona que quieres ser.
Cuando llegué a la universidad todo empeoró. Empecé a inventarme excusas para no ir a fiestas si conocía poca gente, mi timidez me paralizaba cuando tenía que ser el centro de atención y dejé de expresar mis sentimientos por miedo a mostrarme vulnerable.
Al terminar la carrera fui nombrado el mejor estudiante de mi promoción, pero no me sirvió para nada. Apenas tenía amigos y me daba pánico hablar con desconocidos.
Meses después, mi pareja me dejó. En aquel momento me pilló totalmente desprevenido, pero con el tiempo comprendí que me había estado enviando todas las señales del mundo.
Esa fue la gota que colmó el vaso.
Enfadado con el mundo, me encerré en casa. Allí empecé a leer todos los libros de psicología que caían en mis manos, y me pasé meses enteros buscando estudios que me pudieran ayudar a mejorar mis habilidades sociales.
Me rodeé de personas carismáticas que eran auténticos imanes sociales para aprender sus hábitos y comportamientos y, finalmente, me posgradué en inteligencia emocional.
Poco a poco fui notando los resultados. Cuando estaba en mi trabajo o salía los fines de semana, me retaba a practicar lo que había aprendido, y cada vez me fui sintiendo más cómodo iniciando conversaciones con desconocidos o defendiendo mis opiniones con asertividad.
Dejé de ser el chico tímido que se quedaba callado en las conversaciones, aquél que evitaba ir a los eventos sociales o levantar la mano en clase por temor a hacer el ridículo. Ya no tenía miedo de mostrar mis sentimientos ni a expresar mis verdaderas opiniones.
Había logrado cambiar mi vida.
Siete años después, mientras colaboraba con una empresa especializada en psicología social impartiendo talleres y conferencias por toda España, decidí crear el proyecto Habilidad Social para poner mis conocimientos al alcance de todo el mundo.
Para qué te servirá Habilidad Social
Imagínate que fueras capaz de:
- Sentirte relajado y tranquilo conociendo gente nueva o siendo el centro de atención
- Tener la certeza que podrás crear una conversación interesante en cualquier situación, incluso con completos desconocidos
- Expresar tus emociones y opiniones con la seguridad de que serán respetadas, sin malentendidos ni conflictos
- Leer el lenguaje corporal de las personas para empatizar con ellas y saber exactamente cómo se están sintiendo
En Habilidad Social quiero ayudarte a conseguirlo. En este blog no encontrarás los clásicos artículos de autoayuda con un refrito de frases positivas o consejos básicos que no concretan nada.
Todo lo que escribo está avalado por estudios científicos realizados en cientos de participantes, y ha demostrado empíricamente que funciona. Aquí encontrarás bastante más que mi opinión o lo mismo que ya has leído y no te ha aportado ningún resultado.
Aquí encontrarás ciencia práctica.
Nunca olvides lo más importante
Antes de despedirme, permíteme recordarte que hay una verdad para la que no nos prepararon.
Nos dijeron que si éramos buenas personas, estudiábamos y nos esforzábamos terminaríamos encontrando buenos trabajos, creando una familia estupenda y viviendo felices para siempre.
Nos engañaron.
Y es que multitud de estudios han demostrado una y otra vez que lo que realmente te hará feliz no es tener el trabajo de tus sueños, una salud de hierro, ser reconocido internacionalmente o tener suficiente dinero para hacer lo que quieras.
Lo que separa al 10% de la población más feliz son sus relaciones sociales.
Es la calidad de tus relaciones lo que te hará sentir valorado, querido y respetado. Lo que te apoyará en los momentos difíciles y te permitirá compartir momentos de inmensa alegría. Es lo que te ayudará a perseguir tus sueños profesionales y aprovechar las oportunidades que se te presenten.
Por fortuna, la ciencia también ha demostrado que las habilidades sociales y emocionales pueden aprenderse. Aunque mucha gente cree que son innatas porque no recuerdan haberlas aprendido, en realidad lo hicieron durante su infancia.
Y tú puedes hacer lo mismo ahora. Nunca es tarde para esto.
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Sé bienvenido/a,
Pau
