No importa si es una presentación en clase, reunión de trabajo o brindis familiar.
En cuanto sabes que vas a hablar ante un público, tu corazón se dispara.
Las manos te sudan.
Y empiezas a preguntarte:
¿Y si me quedo en blanco? ¿Y si hago el ridículo?
Si eres tímido o te cuesta exponerte, hablar en público puede sentirse como una experiencia cercana a la muerte.
Pero aquí va una idea que puede ayudarte:
No necesitas dejar de tener miedo para hablar en público con más confianza.
Hoy te traigo 4 claves prácticas para conseguirlo, incluso si eres un saco de nervios 👇
1. La seguridad no llega antes: llega después 🚶♂️
El principal error es pensar que necesitas sentirte seguro antes de hacer algo que te da miedo.
♻️ Pero es justo al revés. Los sentimientos vienen después de las acciones, nunca antes.
Recuerdo la primera vez que di clase en una escuela de negocios. La voz me temblaba y la ansiedad me comía por dentro.
En la segunda clase ya me sentí más tranquilo.
Y en la tercera estaba tan cómodo que haste me permití hacer bromas.
💡 Si hubiera esperado a sentirme tranquilo antes de dar la primera clase, nunca lo hubiera hecho.
Cuando te enfrentes a hablar en público, no pretendas sentirte tranquilo antes de empezar.
👉 Asume que los nervios te devorarán. Hazlo con miedo, y luego irá desapareciendo.
2. Enfócate en lo que vas a decir, no en ti 🎯
Cuando sientes que todo gira a tu alrededor, tu cerebro entra en “modo alarma” por miedo al rechazo.
Pero el público no está allí para evaluarte, sino para recibir algo útil.
🧠 Si cambias el foco de ti a lo que puedes aportar, tu mente se relajará.
Pasarás de sentirte expuesto a sentirte útil.
👉 Por ejemplo: si quieres presentar una nueva idea en el trabajo, céntrate en ayudar al equipo. No en caer bien o impresionar al jefe.
✅ Acción rápida: Resume lo más valioso que vas a compartir y léelo antes de empezar. Te recordará por qué vale la pena.
3. Estructura tu mensaje, no lo memorices 📝
Memorizar palabra por palabra puede parecer una buena idea, hasta que olvidas una y entras en pánico.
🧠 En cambio, si llevas una estructura clara y flexible, puedes hablar con naturalidad aunque cambies el orden o elijas otras palabras.
👉 Prueba este esquema:
- Inicio: engancha con una historia, pregunta o dato sorprendente.
- Cuerpo: organiza tu mensaje en 3 ideas clave.
- Cierre: resume tus ideas y termina con una frase potente.
📌 Consejo: Usa una tarjeta con las ideas clave. Ensaya varias veces diciendo lo mismo de diferentes formas. Entrenarás tu capacidad de adaptarte si te pierdes.
4. Usa tu cuerpo como ancla ⚓
Aunque por dentro estés en ebullición, tu cuerpo puede ayudarte a proyectar lo contrario.
Adoptar una postura segura y respirar con profundidad le envía al cerebro una señal clara: “todo está bien, estamos a salvo”.
🧠 Cuando tu cuerpo proyecta seguridad, tu mente empieza a creérselo.
👉 Prueba esto:
- Mantén la espalda recta y hombros abiertos.
- Antes de empezar, haz 3 respiraciones lentas y profundas.
- Sostén un bolígrafo o puntero si no sabes qué hacer con las manos.
- Alterna la mirada entre 3-4 personas del público.
💬 No necesitas sentirte listo. Solo dar el primer paso.
Los grandes oradores no nacieron con aplomo.
También sintieron miedo.
Lo que les diferencia es que dieron el paso igual.
Y tú también puedes hacerlo.
Así se construye la seguridad: actuando sin tenerla… hasta que un día, te sorprendes al notar que ya no necesitas fingirla.
Un abrazo,
Pau
Deja una respuesta