Has olvidado el cumpleaños de tu hermano.
Te sientes fatal. Realmente fatal.
Así que le escribes: «Perdón por olvidar tu cumpleaños. Es que últimamente tengo mucho trabajo, duermo fatal, y ya sabes que soy un desastre con las fechas…»
Esperas su respuesta.
Cuando llega, solo dice: «Ok»
Dos letras. Frías como el hielo.
¿Qué ha pasado? Te has disculpado, ¿no?
Técnicamente sí. Pero en realidad has convertido tu error en un catálogo de excusas.
Tu hermano no necesitaba saber por qué lo olvidaste.
Necesitaba saber que entiendes cómo le hizo sentir.
Hoy vamos a desmontar 3 errores que invalidan tus disculpas —y te enseñaré cómo expresar responsabilidad de verdad.
Error #1. Disculparte por todo 😟
Imagina que necesitas preguntarle algo a tu jefe.
«Perdón por molestarte», dices. «Sé que estás ocupado. Si no puedes no pasa nada, de verdad, …»
Has convertido una simple pregunta en una disculpa por existir.
El problema
Cuando te disculpas por cosas que no requieren disculpa, desgastas su valor.
Y cuando llegue el momento en que realmente necesites pedir perdón, tu disculpa no significará nada.
La solución
Sustituye el hábito de disculparte por afirmaciones o agradecimiento, y reserva tu «perdón» para cuando realmente cometas un error:
- Cambia «Perdón por molestarte» por «Gracias por tu tiempo»
- Cambia «Perdón por preguntar» por «Tengo una duda sobre esto»
Ejemplo
❌ «Perdón por molestarte, sé que tienes mucho trabajo, si no puedes no importa…»
✅ «¿Tienes 5 minutos para ayudarme con esto? Te lo agradecería»
Error #2. Diluir tu disculpa con excusas 🎭
Tu amigo te ha estado esperando media hora en el café y tú has llegado tarde.
Le sueltas: «Perdón por llegar tarde, PERO es que el metro se ha retrasado, y mi jefe me ha metido en una reunión de última hora…»
Has usado la palabra que anula cualquier disculpa: «pero».
El problema
Cada vez que dices «perdón, PERO…», envías el mensaje de que NO asumes la responsabilidad.
Tu «pero» es un borrador gigante que elimina lo anterior.
Y la otra persona no escucha una disculpa: escucha tus excusas.
La solución
Puedes justificarte si es necesario, pero nunca lo mezcles con las disculpas. Separarlas demuestra tu responsabilidad.
- Discúlpate: «Perdón por [acción concreta]»
- Haz una pausa. Deja que se asiente.
- Solo después puedes explicar el contexto
- Cierra con un compromiso de cambio
Ejemplo
Has cancelado planes con tu hermana por tercera vez este mes.
❌ «Perdón por cancelar, pero es que he tenido un día horrible en el trabajo y estoy agotadísimo, además mi coche…»
✅ «Perdón por cancelar. Sé que esto te rompe los planes y es frustrante. Voy a organizarme para que no vuelva a pasar.»
Error #3. Disculparte sin reconocer el impacto concreto 🎯
Tu pareja está molesta porque has olvidado vuestro aniversario.
Tú dices: «Perdón si te ha molestado«.
Crees que te has disculpado. Pero no.
El problema
Las disculpas genéricas señalan que no has entendido el daño que has causado.
«Perdón si te ha molestado» es como decir «perdón por lo que sea que hice».
La otra persona percibe que solo te disculpas para salir del paso.
La solución
Una disculpa efectiva menciona el impacto emocional que has causado:
- Identifica la emoción concreta (no «mal» o “molestar”, sino decepción, abandono, humillación…)
- Menciona la acción que la provocó
- Usa esta fórmula: «Entiendo que cuando [tu acción], te sentiste [emoción específica]»
- Evita el «si» (diluye tu responsabilidad)
Ejemplo
❌ «Perdón si estás molesta por olvidarme de nuestro aniversario»
✅ «Perdón por olvidar nuestro aniversario. Entiendo que te decepcionó que no tuviera presente un día tan importante»
📌 Recuerda
Una disculpa no es un trámite. Es un acto de responsabilidad emocional.
No te disculpes por todo, pero cuando lo hagas, hazlo bien:
- Sin excusas que lo diluyan
- Reconociendo su impacto emocional
Hasta la semana que viene,
Pau





















Deja una respuesta