Por fin los astros se alinean y te quedas a solas con esa persona que tanto te gusta en la máquina del café.
La oportunidad que llevas tiempo buscando.
Y, sin embargo, tu cuerpo se bloquea.
Te sudan las manos, tu mente se queda en blanco y por dentro te repites “¡di algo inteligente!”.
Demasiado tarde. Ya se os han unido dos personas más y la oportunidad se ha esfumado.
Y lo peor: luego vuelves a casa odiándote por ello y dándole mil vueltas a lo que podrías haber dicho.
La buena noticia es que no necesitas tomarte un tranquilizante en estas situaciones. Solo necesitas entender cómo calmar tu sistema nervioso, dejar de censurarte y enfocar la conversación de una forma más natural.
En esta newsletter te cuento cómo.
👣 1. Usa el cuerpo para calmarte
Es totalmente normal sentir miedo a hacer el ridículo cuando hablas con alguien que te atrae.
Nuestro cerebro está programado para priorizar las amenazas… incluso cuando en realidad estamos frente una oportunidad.
Aprovecha la vía de doble sentido entre tu cuerpo y mente para mandarle un mensaje a tu subconsciente de que “todo está bien”.
👉 Antes de acercarte a esa persona, mantén una postura de poder:
- Respira por la nariz, lento y profundo
- Apoya bien los pies en el suelo
- Relaja hombros y endereza la espalda
🧠 2. Habla como lo harías con un amigo
¿Sabes por qué te quedas sin nada que decir cuando estás con alguien que te gusta?
Porque filtras demasiado.
Como tu objetivo está puesto en atraerle o impresionarle, tú mismo censuras aquello de lo que puedes hablar.
«No, esto es demasiado infantil.»
«Menuda tontería, esto no le hará gracia.»
Si te deshaces de esos filtros no solo te verá como alguien más empático y auténtico.
También te verá como alguien sin miedo a mostrarse como es.
Y pocas cosas son más atractivas que eso.
🧐 3. Muestra curiosidad
Se ha demostrado científicamente que hablar de nosotros mismos activa las regiones del cerebro asociadas con el placer.
Si en lugar de intentar impresionar hablándole de tus logros y éxitos consigues que la conversación gire a su alrededor, conseguirás activar esas regiones.
Y, si siente placer mientras está contigo, asociará esa sensación a tu presencia.
👉 Por ejemplo:
Si te dice que le encanta el cine de autor, en lugar de responder “a mi me flipa”, mantén la conversación centrada en ella:
“¿Cuál es esa peli que te encanta pero todos odian?”
Abrirás una puerta a su mundo.
💬 4. Haz preguntas abiertas
Para mantener viva la conversación, haz preguntas que no puedan responderse con un sí o un no.
Estas preguntas abiertas evitan que te respondan con monosílabos y la conversación muera.
Además, multiplican tus oportunidades de encontrar temas por los que vincularte.
👉 Por ejemplo:
En lugar de preguntar “¿Te gusta viajar?” como la mayoría, prueba con:
“Si mañana te regalaran un billete de avión, ¿a dónde te irías sin pensarlo?”
Ahí empieza una conversación real. No un interrogatorio.
👉 Recuerda:
- Usa las poses de poder para situar tu mente en estado de confianza
- Haz que la conversación gire a su alrededor para provocar placer
- No busques la frase perfecta. Habla como lo harías con un amigo
- Evita preguntas que puedan responderse con un sí o no
Ya tienes todo lo necesario 💪
Hasta la semana que viene,
Pau
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